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Aprendizaje experiencial y basado en proyectos

Resolución colaborativa de problemas al aire libre
 

Establecer un espacio de aprendizaje al aire libre puede ser una experiencia educativa en sí misma. Los estudiantes de tercer grado estudiaron diferentes tipos de refugios. Luego pensaron en los materiales disponibles y construyeron modelos antes de construir el cobertizo exterior de su clase. Los estudiantes de cuarto grado aprendieron sobre los pueblos indígenas de Colorado y estudiaron sus hogares. Luego colaboraron para diseñar y construir un tipi que podrían usar como salón de clases al aire libre. Los estudiantes trabajaron a través de un proceso iterativo, evaluando la calidad de su diseño y haciendo revisiones hasta llegar a un producto final exitoso. Hay algo mágico y motivador en aprender en un espacio que usted ayudó a diseñar y construir, y esto fue evidente en la participación de los estudiantes.

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Construyendo relaciones a través de aventuras épicas

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Crear un entorno inclusivo que fomente el sentido de pertenencia es un objetivo valioso para cualquier escuela y es algo a lo que aspiramos hacer. Pero, ¿es realmente suficiente? Los estudiantes y el personal deben sentirse cómodos participando en procesos de crítica, confiando unos en otros para apoyarse y desafiarse mutuamente para mejorar. Una de las formas en que construimos esta cultura es a través de aventuras épicas al aire libre. Los estudiantes pueden practicar senderismo o paseos con raquetas de nieve. En quinto y sexto grado, los estudiantes practican rafting. Luego, en sexto grado, los estudiantes de las escuelas primarias van juntos a un viaje de campamento durante la noche para construir relaciones antes de reunirse en la escuela secundaria. Las buenas relaciones requieren inversión, pero vale la pena porque crean bases poderosas para un aprendizaje más profundo.

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